LAGAR DE CERA

Memoria

Este trabajo nace del interese que mostraron las Comunidades de Montes Vecinales al contado Común de Paraños y Prado de A la vez que de poner en valor su numeroso patrimonio etnográfico con el que cuentan sus parroquias y que en ese rato se encontraban despistados. Por lo tanto, el objeto de nuestro trabajo consistió en una toma exhaustiva de datos previa e inventariado que culminó con la redacción del proyecto de “Restauración de elementos etnográficos nas parroquias de paraños  e  Prado de Canda”, para así poder dar viabilidad su puesta en valor.

La INDUSTRIA DE La CERA

Dos modalidades distintas ofrece el refinamento del panal, la primera de la como resultado cera VIRXEN llamada también amarilla por el suyo color ocre anaranjado; y la segunda de la la cera BLANCA o branqueada, y decir, soleada. Los procesos de manipulación lo que se sometían el material-cera era muy distinto en ambas modalidades. También son varios los aprovechamientos de los productos finales: mientras que la cera virxen se empleaba en la preparación de barnices y sustancias limpiadoras y conservadoras de muebles, la cera blanca se utilizaba, casi exclusivamente en la confección de los tradicionales cirios y las viere de usos múltiples: religiosos caseros, etc.

La obtención de la cera virxen se hacía en el lagar de cera; este lagar era un edificio que disponía de todo el necesario para llevar a cabo el proceso. Contaba con un horno de mampostería, de sección circular, proveído de un espacio hueco horizontal superior donde poder encajar un caldero de fundición de unos 70 o 80 litros de capacidad, y con una abertura por donde extraer las cenizas y restos de leña. Este horno es empleado para calentar la cera en rama junto con agua para que reblandeza y se pueda prensar con facilidad.

Cuando la cera se encontraba en su punto, se llenaba dos cazos de cobre que mezcla y se vertía en otro caldero de fundición, que estaba embutido a presión en el centro del «cepo» colocado justamente debajo del punto en el que la viga ejerce su fuerza de compresión.

En este según caldero, que tenía el fondo afuracado a modo de coador, sobre lo que se colocaba esparto trenzado que servía de filtro, encajaba, también la presión, una especie de tapón sobre lo que actuaba directamente la presión de la viga. Maniobrando el lagar correctamente, se producía el prensado de la mezcla.

Una vez prensada, filtrada y colada la mezcla, pasaba a una serie de tres recipientes aproximadamente cúbicos y comunicados entre sí, normalmente de piedra, que servían para decantarla mezcla de agua caliente y cera blanda.

En el primero «pilo» se concentraba la cera mas densa, mientras que parte de la mezcla, ya más luída y ligera, se separaba de ella y pasaba el segundo por un agujero situado en la parte más baja del primero pilo, volviéndose a decantar cierta cantidad de cera aprovechable, y el agua que quedaba, puramente residual, salía hacia el tercero de los pilos por un agujero superior.

De los pilos primero y segundo se sacaba la cera blanda y caliente con cazos, depositándola en unos moldes de piedra llamados «pilas». Regando estas pilas con agua frío se conseguía despegar el lingote de las paredes, obteniendo unas piezas de unos 75 kilogramos de peso y de un color ocre anaranjado.

Para obtenerla cera blanca se empleaba la cera en borra, procedente directamente del panal. Esta cera se rompía y desmenuzabase llenando con ella un caldero de cobre con baño de estaño para impedir el contacto directo de la cera con el cobre, puesto al fuego. En él permanecía la cera asta empezar a cocer, momento en el que el material era retirado y vertido en una batidora de madera, donde con el efecto combinado de la batida y de la agregación simultánea de agua frío para conseguir que la cera cuajase, convirtiéndose en grumos. Este material, así granulado, era llevado en los días soleados de mayo a las eras, grandes enlosados de piedra a intemperie, donde se removían y regaban todos los días, durante aproximadamente tres meses.


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Autores

Rubén Martín Vázquez Pérez
Fernando Vicente Solla

Equipo Redactor

Rubén Martín Vázquez Pérez
Fernando Vicente Solla
Ángeles Alonso González
Alexandre Pérez Souto

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Categoría
Restauración